

“Parece más una intervención que un gobierno. Debemos sufrir las consecuencias de no haber votado bien”, afirmó Carbó, quien no dudó en expresar su descontento con el estado actual del partido: “Nos patearon desde adentro y estamos desordenados”.
El abogado radical hizo hincapié en la necesidad de que los radicales elijan a sus representantes, pero lamentó que “todavía no se ha convocado como corresponde. Se pasaron los plazos y no hay cronograma”. Usando una metáfora contundente, comentó: “Cuando uno patea un hormiguero, las hormigas al otro día ya lo tienen armado. En la UCR eso no pasa. Nos han pateado desde adentro también, y estamos desordenados. No hay dirigencia capaz”.
Asimismo, cuestionó la identidad del partido: “Ya ni se llama más UCR. Hablan como Juntos por Entre Ríos y nadie sabe si son radicales o no”. En este contexto, cuestionó a aquellos que se alinean con el gobernador, diciendo: “Algunos proclaman como líder al virrey, como le digo yo. Cambian nombres, acatan órdenes y no se discute nada”.
En ese marco, alertó sobre la estrategia de apurar las internas, advirtiendo que “no tengamos tiempo de reacción” y subrayó que, si esta lógica continúa, “el radicalismo va a desaparecer”. “Tenemos que ir solos. Si no, ¿quién va a saber qué quiere el pueblo radical? Ya aprobaron la Ley de Tierras y nadie sabe si fue el radicalismo o no. No opinamos sobre nada”, lamentó.
Finalmente, Carbó se mostró crítico con las reelecciones, considerándolas “una enfermedad de la casta”, y señaló que, aunque hay entre 60 y 70 mil afiliados, podría votar un número muy reducido: “Si no hay motivación real, votará el diez por ciento . Bien hecha, puede llegar al 30%”. En cuanto a sus correligionarios que forman parte del gobierno de Frigerio, no dudó en condenarlos: “Galimberti vendió su voto por un cargo en Salto Grande. Schneider se desdibujó. Y si estás en el gobierno, no podés decidir en el partido”.
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